El voyerista

Por Alfredo Guzmán

• La base del prestigio, es la credibilidad.

Un elemento que tiene que ver con la credibilidad que tenga la persona, institución, político o cosa parecida, tiene que ver con el prestigio. Ya lo establece Robert Greene en su libro “Las 48 Leyes del Poder”, donde dice que lo único que debemos cuidar es el prestigio sobre nuestra función. Y el prestigio se construye.
Claro, que siempre habrá momentos en que haya caídas y acciones que rompen con la credibilidad, pero como el ave Fénix, es posible, siempre rehacer y reforzar la imagen pública.
Lo cierto es que el Ejército Mexicano es una institución prestigiosa, que recién cumplió 100 años, como ahora se le conoce y sólo ha perdido, cuando ha sido utilizado en acciones policiacas, como cuando detuvo a líderes laborales magisteriales y ferrocarrileros o cuando atacó a estudiantes el 2 de octubre de 1968.
Pero contra viento y marea, el ejército mexicano ha venido fortaleciendo su imagen con trabajo. Principalmente su actuación en los desastres naturales que ha sufrido el país.
Hoy felicito al actual Ejército Mexicano por su aniversario, luego de que se menciona fue creado un 19 de febrero de 1913.
Y hablando de instancias que han venido construyendo con trabajo y responsabilidad su imagen, habré de referirme a la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), que en los años 70s fue catalogada como escuela de guerrilleros, hasta los años 90s, cuando inicia un proceso de transformación, que ahora la coloca como una institución académica prestigiosa, responsable y con alto reconocimiento de sus pares.
Claro, para que eso ocurriera, fue necesaria una lucha interna y externa, que lo permitió. Por un lado una lucha tesonera por enfrentar la intolerancia y el avasallamiento del Poder gubernamental estatal y federal, que violentaba la autonomía universitaria, que los universitarios entendieron como libertad de catedra, diseño de sus planes y programas y defensa de la extensión universitaria y para administrar su patrimonio.
Se enfrentaron dos posiciones. Una institución al servicio de la lucha social o una institución académica con responsabilidad social. Ganó la segunda.
Ya en condiciones mejores, la UAGro inició la transformación de sus actividades ligadas a la investigación, docencia y administrativa. Con programas de capacitación, actualización y de excelencia, se logró que las plantillas laborales de las preparatorias, tuvieran mínimo licenciatura. Igual se planteó que en las licenciaturas, la Maestría fuera el mínimo nivel educativo. Y así sucesivamente. Hoy la UAgro cuenta con nichos educativos de excelencia. En los años 70s, 80s y 90s, estaba considerada con los más bajos niveles educativos del país, junto a Oaxaca y Chiapas.
Cambios en el modelo educativo, cambios en la relación con el gobierno federal, al no rechazar los programas educativos, sino adecuarlos a la circunstancia local, que obligaban a la institución a dar cuentas, a revisar sus resultados académicos y administrativos. Poner sus programas administrativos a revisión con instancias y certificaciones internacionales. Definir como prioridad avanzar en el desarrollo de la docencia, e investigación y en la participación de sus plantas educativas en revisiones y en competencias internas y externas, que han fortalecido los resultados.
Nueva ley orgánica de la UAGro, transparencia en el manejo financiero, al ser establecido, que como ente social y con presupuesto otorgado por el gobierno federal, se obligaba a entregar cuentas y permitir que las instancias revisoras del manejo presupuestal, tuvieran acceso al mismo.
Fuera de toda sospecha, la UAgro fue avanzando. Y en ello, fueron muchos actores, que entendieron el nuevo papel como institución educativa.
Varios rectores y funcionarios administrativos y sobre todo la planta docente y administrativa que participó en la transformación institucional.
Un personaje, entre otros ha sido constante. Javier Saldaña Almazán quien con 6 años como responsable de la Planeación educativa e institucional y ahora 4 como Rector, han permitido que de la oscuridad, hoy la UAGro enfrente con éxito los retos del nuevo siglo. Simple, pero complejo.
Por ello, cuando se supo que la Auditoria Superior de la Federación (ASF) tenía observaciones al manejo financiero de la UAGro, sólo hubo que hacer que las instancias responsables entregaran los documentos faltantes, y todo arreglado. Todas las observaciones fueron solventadas.

Esto indica que una institución bien aceitada, afinada y con procesos administrativos solventes, responde de inmediato a los requerimientos de cualquier instancia. Simple, pero complejo.
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