Paridad de género, una lucha permanente de las mujeres

*En memoria de +José Francisco Ruiz Massieu, a 22 años de su partida.

Por Opt. Norma Yolanda Armenta Domínguez

Que es la PARIDAD DE GÉNERO?... Cómo llegamos a la Paridad de Género?
Recordemos brevemente como se ha dado la lucha de otras mujeres, gracias a las cuales, las mujeres en la actualidad, gozamos de garantías, derechos, obligaciones y un lugar en la sociedad.
En mi muy particular opinión, la lucha de las mujeres se ha inscrito en cuatro tiempos: Por el Reconocimiento, por la Igualdad, por la Equidad y por la Paridad.
Por el Reconocimiento:    Para que se nos reconociera como personas.
Por la Igualdad:    Para que se  nos reconociera como la otra parte de la sociedad, con derechos y obligaciones, así como  la capacidad de participar en la toma de decisiones.
Por la Equidad:      Para que se reconozca nuestra aportación a la sociedad en equidad, a igual trabajo, igual salario
Por la Paridad: Representamos a la mitad de la población, por lo tanto, tenemos derecho a ocupar la mitad de los cargos de toma de decisión.
Recordemos que en el México prehispánico, antes de la llegada de los españoles, las indígenas gozaban de ciertos derechos y libertades, según la clase social a la que pertenecían; es en el siglo XVI, con el dominio de los españoles que  las mujeres perdieron todos sus derechos para pasar a ser esclavas, sirvientas o concubinas de los extranjeros.
Sin embargo, las  mujeres desempeñaron un papel relevante al igual que los hombres en las gestas libertarias de la Independencia, la Guerra de Reforma y en la Revolución Mexicana; las obreras, llevaron a cabo movimientos sociales en 1905,  1906 y 1907, en Tlaxcala, Puebla y Veracruz; y Huelgas Textiles como las de Río Blanco, Cananea, Santa Rosa y San Lorenzo, que son los movimientos que dan inicio a la Revolución.
Con la guerra de la Independencia no cambió la situación de la mujer.  Es en la guerra de la Reforma, con la introducción de las ideas liberales, que permitieron cambios de costumbres, entre ellos, el que las mujeres tuvieran acceso a la educación.
En Guerrero, en 1877, Laureana Wright, dirigía la Revista “Violetas del Anáhuac”, primera  revista feminista, donde reclamaba el derecho de las mujeres a votar y la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, 62 años antes que Simone de Beauvoir, la intelectual francesa a quién se le considera la precursora de la igualdad entre los sexos.  Lamentablemente, no se reconoce a Laureana como la precursora de  la igualdad entre el hombre y la mujer.
En los albores del Siglo XX, antes de la Revolución de 1910, el destino y  la vida de las mujeres les eran impuestos, en el encierro de la familia, el matrimonio, los hijos, las labores del hogar.
Cuando empiezan a ingresar a las universidades, también se incorporan a la fuerza laboral y lo más importante, a la participación política, lo que las lleva a luchar por la Igualdad, ante las injusticias, marginación y opresión en que vivían.
En 1923, el Congreso de Yucatán concede a las mujeres el derecho a votar;  en 1925, el Gobernador de San Luis Potosí, expide un decreto que concedía el voto a las que supieran leer y escribir; en Chiapas, el Congreso aprueba un decreto que concede la ciudadanía a las mujeres y la Ley Federal de Aguas reconoce a la campesina como propietaria; en 1934, Guanajuato otorga el derecho al Voto a las mujeres y en 1935, Puebla, Veracruz, Durango, Hidalgo y Tamaulipas.
En Guerrero, Aurora Meza de Andraca, asume la Presidencia del Consejo Municipal de Chilpancingo en 1936, siendo la primera mujer en el país, cuando las mujeres no teníamos derecho a votar, consecuentemente, no estábamos reconocidas como ciudadanas.
En 1937, el Gral. Lázaro Cárdenas promovió la plenitud de los Derechos Ciudadanos de la Mujer, que el Congreso de la Unión – integrado por hombres- no aprobó, al igual que la mayoría de los Congresos Locales.
En 1938, la Asamblea Nacional del PRM, aprueba la creación de la Dirección Femenil en el naciente PRI,  a propuesta de Lombardo Toledano, quién reivindica la defensa de los derechos de la mujer mexicana, para liberarlas de la condición de marginación, opresión y humillación en el que vivían, para que dejaran de ser sirvientas, casi esclavas y pasaran a ser iguales con el  hombre.
Es así que en 1952,  Margarita García Flores, encabeza a las dirigentes de los principales sindicatos y sectores del Pri, se entrevistan con el Candidato del Pri a la Presidencia de la República, para plantearle la necesidad de que las mujeres tengan el derecho de votar; comprometiéndose el entonces candidato a impulsar las reformas legales necesarias para el otorgamiento de la plenitud de los derechos políticos.
Por fin, en 1953, el 17 de octubre, se aprueba la reforma constitucional al Artículo 4°, para quedar consagrada la igualdad ante la ley, de hombres y mujeres.
Habíamos logrado la igualdad ante la ley, lo que propició la incorporación de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad y de la vida nacional, estatal y municipal.
Asegurada la igualdad ante la ley, era necesario luchar por la Equidad, pues si bien, ya teníamos espacios en los cargos de la administración pública, en la procuración y administración de justicia, en la academia, y en los de elección popular, nuestra participación en los puestos de toma de decisión, era desigual y minoritaria, en proporción al número de varones que accedían a dichos cargos.
Transitamos entonces, en una lucha intensa, por la equidad; en 1998, la Comisión de Equidad y Género del Congreso de la Unión, presentó iniciativa para reformar el art. 175 del Cofipe, para que ningún partido político registrara candidatos a cargos de elección popular más del 70% para un mismo género, y a pesar de que no fue aprobada por el pleno; si quedó vigente en el transitorio vigésimo segundo del Cofipe, donde se llamaba a los partidos políticos a modificar sus estatutos para establecer que las candidaturas de mayoría relativa y de representación proporcional, no excedieran el 70% para un mismo género.
Para la elección federal de 2012, un grupo de mujeres políticas de varios partidos políticos, interpusieron un Juicio de Protección de los Derechos Político – Electorales del Ciudadano, logrando que la Sala Superior del TRIFE, emitiera una sentencia, para que de la totalidad de solicitudes de registro de candidaturas a Diputados  y Senadores, tanto de mayoría relativa como de representación proporcional ante el IFE, en ningún caso incluyeran  más del 60% de candidatos de un mismo género.
Un gran triunfo, acotado, pero un gran avance, porque exceptuaba las candidaturas de mayoría que resultaren de un proceso interno de elección democrático.
Sin embargo, el Consejo General del Ife, en  cumplimiento de la sentencia del Trife, prácticamente obligó a los partidos políticos a sustituir el 40% de las fórmulas con mujeres, lo que propició que se incrementara el número de legisladoras en ambas cámaras federales.
Gran avance, sin duda.  Pero seguía prevaleciendo la inequidad.
Finalmente, el Presidente Enrique Peña Nieto, en el 60 aniversario del voto para la mujer, envió al Senado, la iniciativa para modificar 3 artículos del Cofipe para garantizar a las mujeres el 50 por ciento de candidaturas a legisladores federales.
Es así, que el 10 de febrero de 2014, se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el decreto que reforma la Constitución General de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 41, segundo párrafo del numeral I, por el cual los partidos políticos deben establecer las reglas para garantizar la paridad entre los géneros, en candidaturas a legisladores federales y locales.
En nuestro Estado, la Constitución Política local, consagra el principio de paridad de género en las candidaturas a diputados locales y en las de Ayuntamientos, en forma alternada; desaparecen las regidurías de mayoría relativa y la cuota del 70-30; y las fórmulas serán del mismo género.
La voluntad y capacidad de cabildeo de las 9 diputadas locales del PRI, PRD, PAN, PV y MC, con el apoyo total de las fracciones del PRI y PAN, lograron, en la armonización de la ley electoral local, la inclusión del 50 – 50 en candidaturas a cargos de elección popular, tanto en Ayuntamientos como en Diputados locales; estableciendo la obligación de los partidos políticos de garantizar la paridad entre los géneros, en candidaturas a legisladores del Congreso del Estado por ambos principios y la integración de los Ayuntamientos; las fórmulas son del mismo género,  los regidores se eligen por representación proporcional, y la paridad será en forma alternada.
Hemos logrado la Paridad… un acto de justicia para la mitad de la población que tiene el derecho de ocupar la mitad de los puestos de toma de decisión, que con la experiencia construida a partir de su condición social, con necesidades diferentes y sensibilidad social, modificará y contribuirá a sensibilizar, modernizar y modificar, las normas, usos y costumbres del quehacer político y social.
Lo logramos... llegamos a la Paridad de Género… una deuda pendiente con la mitad de la población, que además… es madre de la otra mitad!

“Una democracia real, significa igualdad de oportunidades  y de condiciones en materia de derechos y obligaciones,  que permita la integración de la mujer en todos los ámbitos  del desarrollo”. José Francisco Ruiz Massieu, Gobernador Constitucional
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